La violencia en Haití sigue forzando a muchas familias a huir

En un barrio de Puerto Príncipe, llevaban una vida sencilla y rutinaria. La madre se dedicaba a la venta de alimentos, mientras que sus hijas forjaban su futuro: la mayor trabajaba como maestra y abogada, la del medio estudiaba Medicina, y la menor aún asistía a la escuela. Eran una familia de clase media baja que, pese a las dificultades, seguía adelante.
Todo cambió de un día para otro. Una banda criminal decidió incendiar su hogar sin motivo aparente, solo para imponer su dominio en la zona. En un instante, lo perdieron todo. Ahora, son forasteras sin documentos, desplazadas de la tierra que una vez llamaron hogar