La reciente disposición que elimina la criminalización de las relaciones homosexuales dentro de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ha generado un fuerte debate en la opinión pública. Aunque algunos sectores celebran la medida como un avance en materia de igualdad, otros expresan su desacuerdo, afirmando que esta decisión se aleja de los valores tradicionales sobre los que se ha formado la sociedad dominicana.

Para un grupo significativo de ciudadanos, esta medida representa un cambio que no necesariamente refleja las creencias mayoritarias del país. Argumentan que, según la visión bíblica, “Dios creó hombre y mujer”, y que las instituciones encargadas de velar por la seguridad nacional deben preservar principios morales y disciplinares que históricamente han definido su estructura.

Estos sectores cuestionan si la flexibilización de este tipo de normas podría alterar la cultura interna de los organismos castrenses, donde la disciplina, el orden y el código de conducta han sido pilares fundamentales. Señalan además que la prioridad debería ser fortalecer la ética, el entrenamiento y la transparencia, más que introducir cambios que consideran chocan con el pensamiento conservador de gran parte de la población.

Mientras tanto, quienes apoyan la medida insisten en que la orientación sexual no determina la capacidad profesional de un oficial, y que modernizar las instituciones es necesario para garantizar igualdad de derechos dentro del servicio público.

Lo cierto es que la decisión ha dividido opiniones y continúa generando discusiones en toda la sociedad. Por ahora, lo que queda es esperar cómo esta nueva normativa impactará la dinámica interna de los cuerpos de seguridad y cómo evolucionará el debate en los próximos días.