El Consejo de Seguridad Nacional ha puesto el foco en la creciente violencia ligada al crimen organizado en España, donde se han vuelto habituales los ajustes de cuentas, ataques a las fuerzas del orden y robos violentos entre grupos criminales, alimentando un clima de inseguridad.

Estas preocupaciones se recogen en la Estrategia Nacional contra el Crimen Organizado y la Delincuencia Grave 2025, aprobada el 14 de julio y difundida este martes en el BOE.

Según el documento, la delincuencia grave y el crimen organizado mantienen una relación directa con el aumento de la violencia tanto en el ámbito nacional como internacional, reflejada en hechos como la incautación de armas y los ataques a cuerpos de seguridad, personal de aduanas y trabajadores portuarios.

Estas actividades delictivas provocan consecuencias secundarias, entre ellas un incremento de la inseguridad ciudadana y, en ocasiones, un impacto directo en la vida y la salud de la población.

El informe traza una radiografía del crimen organizado en España, caracterizado por un ecosistema criminal interconectado que recurre crecientemente a métodos violentos, prácticas corruptas e infiltración en el tejido empresarial legal.

La Estrategia Nacional recientemente presentada por Seguridad Nacional aborda con especial atención el fenómeno del reclutamiento de menores para cometer delitos, señalando que esta práctica ha evolucionado gracias al uso intensivo de las redes sociales como medio de captación.

Del mismo modo, el texto pone el foco en las amenazas que afectan a los menores en el ámbito digital, entre las que se encuentran la pornografía infantil, el grooming, la sextorsión y los delitos de odio, facilitados por la temprana exposición a las tecnologías y el anonimato en línea.

En este escenario, también se subraya el notable incremento de los ciberataques y el acceso ilegítimo a sistemas y datos, así como el crecimiento sostenido del número de actores implicados en la ciberdelincuencia.